Sobre Juliana Insfrán de Martínez
Según testimonio de varios, entre ellos, el del farmacéutico ingles bajo el servicio del gobierno paraguayo George Frederick Masterman, quien es citado a continuación:
“Que los Fiscales dieron en el acto parte a López, quien intervenía directamente en todas las causas y que este ordenó se la azotara hasta que se obtuviera una contestación satisfactoria. Que cada vez que se le había dado un número extraordinario do azotes, se daba parte, y volvía orden para que se le aplicase igual número. Que cuando se vio que este no era castigo bastante a quebrantar su firmeza, se la puso por disposición de López en cepo. Que la pobre señora exclamaba que estaba inocente, suplicando que se le quitase la vida, haciendo desaparecer con ella los sufrimientos a que se la sometía”
“La señora Martínez recorrió toda la distancia a pie, aunque tenia el cuerpo cubierto de heridas, su cara ennegrecida y desfigurada, y la espalda y la nuca completamente en carne viva, porque a esta desgraciada señora la habían puesto seis veces en la uruguayana.”
“Cuando la conocí era notablemente bonita, y no tenia mas de veinte y cuatro años cuando subió al patíbulo. Me habló muchas veces en la marcha porque en la desgracia nos hacemos todos iguales y comunicativos. Doña Juliana me contó todas sus penas. Tenia una gran ansiedad por sabor si desaparecería alguna vez el cardenal que tenia encima de un ojo o si la desfiguraría para toda la vida. Lo tuvo efectivamente, porque vi conducirla al patíbulo el 16 o 17 de Diciembre; llevaba siempre la horrible marca. No tenia otro crimen que ser la esposa de un valiente jefe abandonado por López y que fue obligado por el hambre a rendirse.”
Extraído del libro” Siete años de aventuras en el Paraguay” de George Frederick Masterman
Obra. Imagen: Óleo de Celia M. Torres Amarilla
